La refundación de Augusto, Barcino tomó la forma urbana de castrum inicialmente, y oppidum después, con los habituales ejes organizadores Cardus Maximus y Decumanus Maximus y un espacio central foro, asentado sobre el montículo Mons Taber , ya ocupado por la presencia layetana. El conjunto estaba amurallado, con un perímetro de 1,5 km y protegiendo un recinto de 12 ha. Una parte significativa de la antigua Barcino es visible en el subsuelo arqueológico del Museo de Historia de Barcelona, donde también se encuentran testimonios de sus monumentos y de la vida cotidiana de sus habitantes. El máximo esplendor de la época romana se dio durante el siglo II, con una población que debía oscilar entre los 3500 y 5000 habitantes. Un personaje destacable de ésta época fue Lucio Minicio Natal, quien –junto con su padre– mandó construir las termas de la ciudad. La población ascendió a entre 4000 y 8000 habitantes durante el siglo III. La principal actividad económica era el cultivo de tierras circundantes , que tenía buena fama y se exportaba a otras áreas del imperio como la Galia, Italia, el norte de África e incluso en la frontera germánica . Por el valor de los restos arqueológicos se ha determinado que los habitantes gozaron de un buen nivel de vida. Sin embargo, la ciudad no dispuso de teatro, anfiteatro ni circo.
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