domingo, 13 de marzo de 2016

Atando cabos: El misterio desvelado ( o no) de una inscripción

El acueducto esta situado en Segovia, España. Lo construyeron los romanos en el siglo II a.C. en época del emperador Trajano. La parte más conocida es la que pasa por la plaza de Azoguejo. El acueducto conduce las aguas del manantial de la Fuenfría. Recorre más de 15 kilómetros antes de llegar a la ciudad. El agua se recoge primero en una cisterna, El Caserón, y es conducida por un canal de sillares hasta la segunda base que es la Casa de Aguas, donde se decanta y desarena. Después recorre 813 hasta el alto de Postigo y se dirige a la plaza del Azoguejo y allí se encuentra una arquería. La parte más elevada mide 28 metros y tiene dos órdenes de arcos sobre pilares, en total tiene 167 pilares. Tiene 75 arcos sencillos y 44 arcades de orden doble y para finalizar 4 arcos sencillos. Está construido con sillares de granito asentados sin argamasa entre ellos. Sobre los tres arcos de mayor altura había en la época romana una cartela con letras de bronce donde constaba la fecha y el constructor. También en lo alto pueden verse dos nichos, uno a cada lado del acueducto. Se sabe que en uno de ellos estuvo la imagen de Hércules Egipcio, que según la leyenda fue el fundador de la ciudad. En tiempos de los Reyes Católicos se colocaron en esos dos nichos la imagen de la Virgen de la Fuencisla y San Sebastián. Sin embargo, hoy en día tan sólo se puede apreciar la primera.

El acueducto es el hito arquitectónico más importante de la ciudad. Se ha mantenido en activo a través de los siglos y quizás por eso haya llegado al tiempo presente en perfecto estado. Hasta casi nuestros días proveía de agua a la ciudad de Segovia, y más concretamente a su Alcázar. En los últimos años ha sufrido un patente deterioro causado principalmente por la contaminación medioambiental y a los propios procesos de erosión del granito. Para garantizar su supervivencia, se ha procedido a un minucioso proceso de restauración que ha durado casi ocho años, bajo la dirección del arquitecto Francisco Jurado. En 1992 los coches dejaron de pasar por debajo de los arcos del acueducto. Con todo, sigue expuesto a la contaminación, ya que se sigue circulando a escasos metros de él.

En las marcas de las piedras, dónde antes estaba la virgen Maria, allí es donde los romanos pusieron una inscripción que más tarde robarían porque eran de oro. Con esas marcas el epígrafe Alföldy averiguó el texto que hubo en el acueducto, contó las marcas y realizó un estudio sobre ellas.

El escrito era:

IMP NERVAE TRAIANI CAES AVG GERM TR A II COS II PATRIS PATRIAE IUSSU PEMUMMIUS IT IP FABIUS TAURUS VIRI MUNIC FL SEGOVIENSIUM AQUAM RESITITUERUNT










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