Castigos divinos
Sísifo: fue rey y fundador de Éfira, era hijo de Eolo y Enareta,y marido de Mérope. Fue el padre de Odiseo con Anticlea. Es conocido por su castigo: llevar una piedra hasta la cima de una montaña, y antes de llegar, la piedra volvía a rodar hacia abajo( repitiendo una y otra vez el frustrante proceso).Tántalo: era un hijo de Zeus y la océanide Pluto, rey de Frigia o del monte Sípilo en Lidia. Se convirtió en uno de los habitantes del Tàrtaro, la parte más profunda del Inframundo, reservada al castigo de los malvados. Después de muerto, Tántalo fue eternamente torturado en el Tàrtaro por los crímenes que había cometido. En lo que actualmente es un ejemplo proverbial de tentación sin satisfacción, su castigo consistió en estar en un lago con el agua a la altura de la barbilla , bajo un árbol de ramas bajas repletas de frutas. Cada vez que Tántalo, desesperado por el hambre o la sed, intenta tomar una fruta o sorber algo de agua, éstos se retiran inmediatamente de su alcance. Además pende sobre él una enorme roca oscilante que amenaza con aplastarle.
Ticio: El crimen por el que Ticio fue castigado eternamente era el intento de violación, instigado por Hera, de Leto o, según otras versiones, de Artemisia. Cuando ésta viajaba de Panopeo a Pito, Ticio la asaltó, rasgando sus vestidos e intentando violarla. Sus gritos atrajeron a Apolo y Artemisa, quienes acabaron con el monstruo ctónico con sus flechas. Siendo inmortal, fue arrojado al , despatarrado en el suelo, donde dos buitres o serpientes comían eternamente su hígado, que los antiguos identificaban con la sede de las pasiones: un mitema más familiar en relación con el titán Prometeo.
Prometeo: es el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja darlo a los hombres para su uso y posteriormente ser castigado por Zeus por este motivo. Lo castigó encadenandolo a una roca de Caúcaso para que un ágila, animal sagrado de zeus, todos los días le devorara el hígado que el águila consumia, por la noche le volvía a salir a Prometeo sí el castigo no tenía fin.
Laocoonte: En la mitología griega Laocoonte era el sacerdote de Apolo Timbreo en Troya, casado con Antiopa y padre de dos hijos. Según el relato de Virgilio en la Eneida, después de que los sitiadores aqueos hubieran simulado una retirada, los troyanos encontraron un caballo construido de madera en las puertas de Ilión. Lacoonte pronuncia la famosa frase Timeo danaos et dona ferentes (Desconfío de los dánaos (griegos) incluso cuando traen regalos), alertando a los troyanos de que podría ser una trampa, que dentro del caballo podía haber tropas aqueas y sugirió quemarlo, pero los troyanos no le hicieron caso. En su osadía lanzó palos en llamas para tratar de quemar el caballo de madera, en ese momento dos grandes serpientes emergen de las aguas y devoran a sus hijos; angustiado, se lanza a luchar contra las serpientes y también resulta devorado. Virgilio explica que de la tradición se desprende que el castigo de Laocoonte se debe a la profanación que supone tratar de destruir un regalo a la deidad, razón por la cual nadie le creyó.
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